Hoy toca enseñar un momento íntimo: el de la ducha. Como podéis comprobar, cuando me están duchando me quedo con unas pintas que pá qué.

A mí me gusta posar cuando me van a sacar una foto, no os creáis que no, lo que pasa es que a veces el fotógrafo de turno no se da cuenta de cuál es mi lado bueno y por eso me pongo un poco nerviosa. Por ejemplo, el día de esta foto me tuvieron que agarrar porque no me dejaba retratar.

Bueno, tampoco penséis que opongo demasiada resistencia porque después toca una galleta como premio, guaujeje.

Guardadme el secreto!!